Cuando hablamos de “Design Thinking” nos referimos a un proceso que busca la innovación en cualquier proceso (ya sea en el marco de una empresa, de un colegio, o en cualquier otro entorno), cuya finalidad es responder a las necesidades de las personas que conviven en ese entorno y que utiliza la tecnología y el diseño como base para conseguir lograr sus objetivos.
Para ponerlo en práctica podemos identificar en él seis pasos fundamentales. Son los siguientes:
Observación. En este primer momento se busca identificar las necesidades de los usuarios mediante la observación directa. La observación puede ser directa, o se puede realizar mediante entrevistas. Lo realmente importante es detectar las necesidades que tienen los alumnos a los que nos dirigimos.
Comprensión. Una vez que finaliza la fase de observación comienza la fase de análisis de datos. Esta fase tiene como objetivo identificar no solo las necesidades de los usuarios, sino también sus motivaciones, sus sentimientos y los valores en los que se asientan estos sentimientos.
Definición. Se trata de identificar una posición, un punto de vista, desde el cual se pueda observar con las menos interferencias posibles el problema que se desea tratar y que además permita lograr el mayor grado de comprensión del mismo.
Ideación. Este momento es clave dentro de la metodología Design Thinking. En él se trabaja en gran grupo, mediante la metodología de lluvia de ideas, para intentar definir una o varias posibles soluciones al problema que se trata de resolver.
Prototipación. En esta fase las ideas cobran vida y se desarrollan físicamente para implementarlas en el aula.
Probar. En esta última fase los alumnos investigan sobre el efecto de sus prototipos y, mediante la retroalimentación a partir de la información que obtienen de sus compañeros, realizan los ajustes necesarios para optimizarlos y así lograr obtener el mayor rendimiento posible de ellos.
El Design Thinking implica una serie de valores que a su vez tienen un gran valor dentro de la escuela. Son los siguientes:
Ser visual frente a ser teórico. Los diseñadores (en nuestro caso nuestros alumnos), deben hacer uso del dibujo para lograr identificar los problemas, señalar las causas y plantear soluciones.
y además hacerlo con una mayor intensidad y motivación, frente a la simple presentación de un texto escrito.
Iterar. Se busca la prueba constante. Los problemas en el aula rara vez tienen una única solución. El planteamiento de diferentes soluciones, la comunicación constante entre los alumnos y la prototipación como medio para buscar soluciones les permite encontrar respuesta a las cuestiones que irán encontrando en el camino.
Ser multidisciplinar. Los verdaderos problemas exigen de la participación de varias disciplinas diferentes. La integración de todas ellas en la búsqueda de soluciones y el encontrarnos con una capa superior de diseño que busca responder a las necesidades de los alumnos es la clave del éxito del Design Thinking.
Por último, el proceso de comunicación y discusión basado en la lluvia de ideas se debe desarrollar bajo las siguientes prerrogativas:
Utiliza post-it para recoger las ideas de cada alumno y emplea una pared del aula para que cada uno pueda colocar sus ideas y hacerlas visibles al resto de compañeros.
Aplaza las decisiones críticas. Las decisiones no deben tomarse en caliente. Este proceso implica razonamiento y maduración de las ideas. Deja que tus alumnos piensen, que reflexionen y que, entre todos, decidan más adelante qué decisiones se deben tomar.
Durante la lluvia de ideas debe primar la cantidad sobre la calidad. No ofrezcas a tus alumnos un entorno en el que solo puedan presentar una idea largamente reflexionada. Frente a esto, crea un ambiente en el que no tengan miedo a presentar tantas ideas como les vengan a la cabeza y permíteles también que puedan debatir cada una de ellas con sus compañeros.
Alimenta su imaginación y premia las “ideas locas”. Muchas veces la solución a un problema es una idea genial que lo resuelve gracias a su alto nivel de creatividad y de innovación. Alimenta en tus alumnos la necesidad de ser creativos y de expresar las ideas que se les puedan ocurrir.
Solo se puede desarrollar una conversación cada vez. Durante la lluvia de ideas todos los alumnos deben prestar atención a lo que tengan que decir sus compañeros. Esto solo se puede conseguir si solo se produce una conversación cada vez, respetando los turnos para hablar e impidiendo las interrupciones que se podrían producir sin este sistema.
Enséñales a crear de manera conjunta. Las ideas no son propiedad de cada alumno. Enséñales a debatir, a mejorar las ideas que escuchen de sus compañeros, a llegar a consensos , por último, a escribir en el post-it lo que se ha acordado de manera conjunta. El Design Thinking funciona cuando todo el grupo se involucra, no es una acción individual en la que un único alumno pueda o deba destacar frente al resto.
Visualiza las ideas. Cuando se llegue a un consenso, pide a tus alumnos que dibujen esa solución o idea que han tenido. Mediante este dibujo podrán ver si la solución se puede desarrollar con los medios que se disponen o si, por el contrario, su desarrollo es inviable.
Con esta metodología puedes conseguir solucionar muchos problemas en el aula otorgando a tus alumnos un protagonismo fundamental. Si te animas a ponerlo en práctica, te ofrecemos un conjunto de actividades con las que puedes iniciarte en esta metodología. ¿Te atreves a utilizarlas en el aula?
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