"Para Malaguzzi, todas las criaturas, en todas y cada una de las culturas, son inteligentes" (A.H.)

miércoles, 14 de enero de 2015

La Reina Roja

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Las capacidades de cálculo de Alicia

Charles Lutwidge Dodgson, más conocido por su seudónimo Lewis Carroll (1832-1898) falleció un 14 de enero. Fue diácono anglicano, lógico, matemático y escritor.

Se incluye un extracto de su A través del espejo: la Reina Roja y la Reina Blanca interrogan a Alicia sobre sus capacidades en cálculo.

 

"La Reina Roja rompió el silencio diciéndole a la Reina Blanca: "Te invito al banquete que va a dar Alicia esta tarde."
La Reina Blanca sonrió débilmente, y dijo: "Y yo a ti."
– No sabía que fuera a dar un banquete –dijo Alicia–; pero si es así, creo que soy yo quien debería invitar.
– Te hemos dado la oportunidad de hacerlo –comentó la Reina Roja–; pero quizá no te han dado todavía bastantes clases de modales, ¿verdad?
– No se dan clases de modales –dijo Alicia–. Las clases son para enseñar a sumar y cosas por el estilo.
¿Sabes la Adición? –preguntó la Reina Blanca–. ¿Cuántos hacen uno más uno más uno más uno más uno más uno más uno más uno más uno más uno?
– No lo sé –dijo Alicia–. He perdido la cuenta.
– No sabe la Adición –terció la Reina Roja–. ¿Sabes la Sustracción? Resta nueve de ocho.
– No se puede restar nueve de ocho –replicó Alicia con presteza–: pero,...
–Tampoco sabe la Sustracción –dijo la Reina Blanca–. ¿Sabes la División? A ver, divide un pan con un cuchillo..., ¿qué resultado te dará?
– Creo... –empezó Alicia, pero la Reina Blanca contestó por ella–: "Pan-con-mantequilla, naturalmente. Prueba a calcular otra sustracción. Quítale el hueso a un perro; ¿qué os queda?
Alicia reflexionó: "El hueso no quedaría, naturalmente, si se lo quito..., y el perro tampoco, porque echaría a correr detrás de mí para morderme..., ¡y desde luego, yo tampoco!".
– Entonces, ¿crees que no quedaría nada? –dijo la Reina Roja.
– Creo que ése sería el resultado.
– Mal, como siempre –dijo la Reina Roja–: quedarían los estribos del perro.
– Pero no veo cómo...
– ¡Pues escucha! –gritó la Reina Roja–: el perro perdería los estribos, ¿no es así?
– Seguramente –contestó Alicia con cautela.
– ¡Así que si se fuera el perro, se quedarían los estribos! –exclamó triunfal la Reina.
Alicia dijo lo más gravemente que pudo: "Puede que se fueran en otra dirección"–. Pero no pudo por menos de pensar: ¡Cuántas tonterías estamos diciendo!
–¡No sabe ni jota de operaciones! –dijeron las Reinas a la vez, con mucho énfasis.
– ¿Sabéis vos hacer operaciones? –dijo Alicia, volviéndose de repente hacia la Reina Blanca, ya que no le gustaba que la criticasen tanto.
La Reina abrió la boca y cerró los ojos: "Sé la Adición –dijo–, si me das el tiempo... ¡pero no haré una sustracción bajo ningún concepto!"."

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