1. Propician la reflexión acerca de los conceptos matemáticos y de las propiedades. Esta reflexión es la base para construir las propias ideas matemáticas.
2. Recrean distintas situaciones que en un libro de texto se presentan de manera estática y limitada lo que produce no pocos errores y lagunas en los chicos.
3. Fomentan el interés por la materia y colaboran a desterrar la típica imagen de asignatura inerte y aburrida.
4. Provocan entusiasmo e ilusión por las matemáticas. Suelen ser actividades que tienen ganas de hacer y de enseñarle a otros.
5. Ayudan tanto a introducir un tema como a comprender procesos o a descubrir propiedades.
6. Refuerzan automatismos útiles y necesarios para avanzar en las matemáticas.
7. Posibilitan el trabajo individual, adaptándose a las necesidades de cada alumno, y el trabajo en equipo ya que dan lugar al debate, al contraste de ideas y al trabajo colectivo.
8. Son de gran utilidad para trabajar capacidades y habilidades que son necesarias para la resolución de problemas.
9. Refuerzan la autoestima a la vez que generan autonomía en el aprendizaje.
10. Ayudan a romper con “bloqueos”. Es una realidad que en la etapa de secundaria muchos chicas y chicos tienen dificultades con las matemáticas que van más allá de la materia, es una especie de aversión a la asignatura que a través de los juegos y el material puede ir cambiando.
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