"Para Malaguzzi, todas las criaturas, en todas y cada una de las culturas, son inteligentes" (A.H.)

martes, 24 de junio de 2014

Yo no quiero ser princesa, quiero ser física cuántica y estudiar la materia ....


Qué pasa por la mente de un niño para llegar a decir una frase de este tipo… ¿Es un bicho raro? ¿Es un fenómeno de la naturaleza? No, ninguna de las dos simplemente algo ha despertado la curiosidad con la que nacemos y el sistema mata.

En mi trabajo, veo estudiantes que varían su edad entre los 3 y los 17 años y ante la pregunta de ¿cómo es un científico o una científica? La respuesta es similar, varían las palabras utilizadas pero no el trasfondo, es alguien mayor, poco sociable y algo loco…

Así, así nadie quiere ser científico, un niño de 9 años no quiere estar loco, y un adolescente de 15 no quiere ser poco sociable con lo que le cuesta ya relacionarse. Pero el otro día, algo me hizo darme cuenta que esto no es una visión globalizada, llego una criatura de nueve años, y su primera pregunta fue - ¿Tú eres bióloga?, yo quiero ser físico cuántico y estudiar la antimateria…Los ojos como Saturno de grandes…¿La antimateria, nueve años, cuántico? Y la preocupación mayor de su madre es que era extraño y no le invitaban a los cumpleaños, otra vez la sociabilización de los científicos y científicas en entre dicho.

Lo que me demostró que siguen existiendo científicas/os de vocación, simplemente esa vocación es acallada por un sistema social y educativo que adormece nuestras inquietudes.

Como vamos a fomentar creadores, si queremos que todos se desarrolle bajo lo establecido, si los problemas se solucionan siempre bajo la misma fórmula patrón y por tanto coartamos la creatividad innata de nuestros pequeños, grandes científicos del mañana.

Se necesita un cambio del sistema educativo, un cambio que conlleve un sistema creativo donde el éxito del alumno sea pensar cómo resolver el problema y no acertar, con una fórmula elaborada por otro, la solución del mismo. No es un trabajo sencillo ni inmediato, pero dará sus frutos y entonces al evaluarlo veremos que ha merecido la pena recorrer el camino.

Decálogo para fomentar mentes creativas y por tanto posibles futuros científicos:

  • Sistema educativo abierto, que potencie la creatividad y no la entierre.
  • Sistemas evaluativos donde se valore el proceso para llegar a la solución por encima de ésta.
  • Cambios en el sistema social, donde se muestre el valor de la Ciencia
  • Fomento de la paciencia en el alumnado.
  • Políticas económicas de apoyo a la ciencia.
  • Creación de asociaciones científicas para el alumnado interesado
  • Desmitificar la figura del científico, mostrando su día a día, personas comunes con un trabajo común.
  • Actividades científicas realizadas en las aulas, más allá de la propia teoría.
  • Trabajo de determinados temas desde el punto de vista de la indagación.
  • Normalización de la Ciencia en nuestro día a día.

Esto implica costes para el sistema educativo, cambios en las formas de trabajar del profesorado, y por tanto formación del mismo. Colaboración del sistema político social, como vas a querer ser científico, si en España el futuro de un científico a día de hoy está fuera de las fronteras…pero, si esto lo cambiamos si demostramos la necesidad de ciencia de un país, los recursos que deja en el mismo, los beneficios sociales de sus investigaciones y además tenemos un alumnado inquieto, creativo y crítico. Si esto sucede quizá mañana haya más niñas que no quieran ser princesas y que quieran estudiar la antimateria.


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